Cómo frenar la artrosis y proteger tus articulaciones

10 de Septiembre del 2025
Saber cómo frenar la artrosis no es solo una cuestión de salud, sino de calidad de vida. Aunque esta enfermedad crónica no se puede frenar como tal ni tiene cura, sí es posible ralentizar su avance y reducir el impacto en el día a día.

La artrosis puede aparecer de forma silenciosa, con pequeñas molestias articulares que se vuelven parte de la rutina. Pero cuando el dolor limita tus movimientos, cada gesto cotidiano —subir escaleras, dar un paseo, abrir un frasco— empieza a pesar más de lo que debería.

La buena noticia es que existen estrategias que ayudan a contribuir a su manejo y te permiten mantener una vida activa por más tiempo. Te lo explicamos a continuación.

Lo que debes saber sobre la artrosis

La artrosis avanza de forma lenta, pero constante. Entender cómo y por qué ocurre es el primer paso para frenarla. Aunque no tiene cura definitiva, sí puedes reducir su impacto con medidas que están al alcance de tu día a día.

  • La artrosis desgasta el cartílago articular, lo que provoca fricción entre huesos, inflamación, dolor y rigidez.
  • El exceso de peso agrava el problema, sobre todo en articulaciones de carga como rodillas y caderas, donde la presión mecánica acelera el deterioro.
  • El sedentarismo es otro factor clave, ya que los músculos que rodean las articulaciones se debilitan, lo que deja las estructuras menos protegidas.
  • La edad, los antecedentes familiares, las lesiones mal curadas o ciertos trabajos físicos también pueden facilitar su aparición y empeorar su evolución.
  • El diagnóstico precoz y la intervención temprana permiten frenar su avance con mayor eficacia, evitando que el daño articular progrese sin control.

Conocer estos puntos te permite actuar antes de que el dolor limite tu día a día. 

Cómo frenar la artrosis con un estilo de vida saludable

Los hábitos diarios influyen directamente en la evolución de la artrosis. Ajustar lo que comes, cómo te mueves y cuánto descansas puede marcar una diferencia real en tu bienestar articular.

  • Mantener un peso saludable alivia la carga sobre las articulaciones, especialmente en las rodillas, las caderas y la zona lumbar. Incluso una pequeña pérdida de peso puede reducir significativamente el dolor y ralentizar el desgaste.
  • Seguir una dieta rica en alimentos antiinflamatorios ayuda a controlar el dolor crónico. Incluye frutas, verduras, pescado azul, frutos secos y aceite de oliva virgen extra, y limita los ultraprocesados, azúcares y grasas saturadas.
  • El ejercicio suave es uno de los pilares del control de la artrosis. Actividades como caminar, nadar o hacer bicicleta estática fortalecen los músculos, mejoran la estabilidad articular y reducen la rigidez sin sobrecargar las articulaciones.
  • Evitar movimientos bruscos o repetitivos también protege las articulaciones afectadas. La clave está en moverse todos los días, pero respetando los límites del cuerpo.
  • Alternar el movimiento con el reposo es necesario en fases de dolor. Escuchar el cuerpo y permitirle recuperarse reduce el riesgo de brotes y fatiga muscular.

En definitiva, cuidar tu estilo de vida no solo frena el avance de la artrosis, también mejora tu energía, tu ánimo y tu calidad de vida general.

Cómo frenar la artrosis

Cómo frenar la artrosis con cuidados prácticos en el día a día

La artrosis no tiene cura, pero sí se puede frenar. Aunque es una enfermedad degenerativa que desgasta el cartílago articular y limita la movilidad, el avance no es inevitable. La clave está en identificar los hábitos que la empeoran y adoptar rutinas que ayuden a conservar las articulaciones.

Según la Sociedad Española de Reumatología, estos son los pasos más efectivos para frenar su progresión:

  1. Mantenerse en movimiento cada día. La actividad física suave mejora la movilidad, reduce la rigidez y alivia el dolor. Se recomiendan ejercicios como caminar, nadar o montar en bicicleta estática durante al menos 30 minutos al día, adaptando la intensidad a cada persona.
  2. Controlar el peso corporal para reducir la carga articular. Perder incluso unos pocos kilos puede aliviar significativamente la presión sobre rodillas, caderas y columna. El sobrepeso es uno de los principales aceleradores del deterioro articular.
  3. Usar calzado adecuado y ayudas técnicas cuando hagan falta. Un calzado cómodo, estable y sin tacón ayuda a proteger las articulaciones. En algunos casos, el uso de bastones, plantillas o rodilleras puede facilitar el movimiento y reducir el dolor.
  4. Aplicar calor o frío según la necesidad. El calor ayuda a relajar los músculos y facilitar el movimiento por la mañana. El frío, en cambio, puede ser útil tras el esfuerzo para reducir la inflamación.
  5. Seguir un tratamiento médico adaptado a cada caso. Los analgésicos, antiinflamatorios o infiltraciones deben utilizarse bajo control médico. No todas las personas responden igual, por lo que el enfoque debe ser individualizado.
  6. Cuidar el estado emocional y entender bien la enfermedad. El dolor crónico puede afectar al ánimo. Contar con apoyo psicológico y conocer bien qué es la artrosis ayuda a afrontarla mejor y tomar decisiones informadas.

Cuidar las articulaciones no implica dejar de moverse, sino justo lo contrario, es decir, mantenerse activo para preservar la calidad de vida. De hecho, cambiar algunos hábitos es un punto de inflexión importante, incluso cuando la artrosis ya ha comenzado a manifestarse.

Cómo frenar la artrosis con apoyo nutricional y terapéutico

Además de los cuidados diarios, existen estrategias que refuerzan la salud articular desde dentro y que han demostrado mejorar la movilidad y reducir el dolor en personas con artrosis.

  • El colágeno hidrolizado contribuye al mantenimiento del cartílago articular, ayudando a preservar la estructura y elasticidad de las articulaciones. Es una forma fácilmente absorbible por el organismo y puede integrarse de forma sencilla en la rutina diaria.
  • Cuando se combina con vitamina C, el efecto del colágeno se potencia, ya que esta vitamina es imprescindible para la síntesis natural de colágeno en el organismo y actúa además como antioxidante, ayudando a proteger las articulaciones del estrés oxidativo.
  • La fisioterapia personalizada mejora la función articular, la fuerza muscular y la flexibilidad. Un plan adaptado al grado de artrosis evita el deterioro y enseña movimientos seguros y eficaces.
  • Técnicas como la electroterapia o la magnetoterapia también se emplean para reducir el dolor y mejorar la circulación local. Aunque no son curativas, sí pueden aportar alivio sintomático.
  • Una actitud positiva y activa favorece el cumplimiento del tratamiento, reduce el estrés y mejora la tolerancia al dolor. No se trata de negar el problema, sino de afrontarlo con constancia y decisión.

Sumar estos apoyos a tu plan de acción te ayuda a sostener los beneficios a largo plazo y a vivir con más libertad de movimiento.

Cuándo consultar con el especialista

Aunque muchos síntomas de la artrosis pueden aliviarse con hábitos saludables y cuidados diarios, es fundamental saber cuándo buscar ayuda médica. Si el dolor es persistente, limita tus actividades o no mejora con el descanso, es momento de acudir al especialista. Retrasar la consulta solo permite que la enfermedad avance y que se deteriore aún más la articulación.

Hay otros signos que no deben pasarse por alto. La inflamación visible, la deformidad articular o la pérdida de fuerza indican que el problema puede estar en una fase más avanzada. En estos casos, un reumatólogo o un traumatólogo puede ayudarte a ajustar el tratamiento, valorar la necesidad de medicamentos, infiltraciones o, si fuera necesario, plantear una cirugía.

Cuanto antes se actúe, más margen hay para conservar la función articular, evitar el dolor crónico y mantener una vida activa sin grandes limitaciones. Además, los chequeos periódicos permiten evaluar la evolución, adaptar los ejercicios y reforzar las estrategias que funcionan.

 


Referencias:

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The Healthline Editorial Team. (2017, 15 diciembre). Osteoarthritis prevention. Healthline. https://www.healthline.com/health/osteoarthritis-prevention 

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Preguntas frecuentes sobre cómo frenar la artrosis

¿La artrosis solo afecta a personas mayores?

No. Aunque es más común a partir de los 50 años, también puede aparecer en personas jóvenes, sobre todo si han sufrido lesiones articulares, practican deportes de alto impacto o tienen predisposición genética. Mantener buenos hábitos desde edades tempranas ayuda a prevenir o retrasar su aparición.

¿El colágeno hidrolizado tiene efectos secundarios?

En general, el colágeno hidrolizado es bien tolerado. No suele producir efectos secundarios cuando se consume en las dosis recomendadas. Aun así, como con cualquier complemento, es importante consultar con un profesional sanitario si se toman otros medicamentos o se tiene alguna condición de salud específica. 

¿Qué ejercicios están totalmente desaconsejados?

Ejercicios de alto impacto como correr sobre asfalto, saltos, sentadillas profundas con peso o deportes de contacto pueden empeorar el desgaste articular. También deben evitarse los movimientos repetitivos o mal ejecutados. Siempre es preferible optar por ejercicios suaves y controlados que no generen dolor.

¿Puedo seguir trabajando si tengo artrosis?

Depende del tipo de trabajo y del grado de artrosis. Si tu actividad requiere movimientos repetitivos o carga física, conviene adaptar las tareas, usar ayudas ergonómicas y hacer pausas frecuentes. Muchas personas con artrosis siguen trabajando sin problemas cuando reciben el tratamiento y apoyo adecuados.

¿Con qué frecuencia se notan mejoras al practicar ejercicios de movilidad?

La frecuencia es más importante que la intensidad. Aunque el artículo no menciona plazos concretos, muchas personas empiezan a sentir más soltura y menos rigidez tras algunas semanas de práctica diaria. La clave está en la constancia y en adaptar los ejercicios a tu cuerpo sin forzarlo. La regularidad suele dar mejores resultados que sesiones largas pero esporádicas.

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